domingo, 28 de mayo de 2023


 

EL DÍA DE TU MUERTE

 

El señor Carmona siempre era el último en abandonar la oficina. Era el dueño absoluto de una lucrativa empresa de envases de plástico. En 1976, cuando decidió invertir todo su capital en un negocio en auge, nunca habría llegado a imaginar que a día de hoy, a sus cincuenta y cinco años, poseería una sociedad de más de doscientos empleados y una facturación de millones de euros al año.

Ahora que la oficina estaba casi vacía (a excepción de Iván Otero, su secretario de confianza, que ultimaba el contrato con un gran cliente japonés frente al ordenador) el señor Carmona se reclinó sobre su silla giratoria y se aflojó el nudo de la corbata. Mientras jugueteaba con el bolígrafo

sábado, 5 de junio de 2021

 


—No me gusta dormir solo.

—Vamos, todas las noches me dices lo mismo. ¿De qué tienes miedo?

Arturo dudó por un instante. Fijó la mirada en la ventana, por donde el sol comenzaba su descenso en el horizonte.

—Ya te lo he dicho muchas veces. Me da miedo la oscuridad.

—¿Miedo a la oscuridad? Eso es cosa de niños. Opino que esa fase ya deberías haberla superado hace ya mucho tiempo.

Arturo sonrió sin ganas.

—En la oscuridad hay cosas malas, ¿sabes?

—¿Qué cosas?

sábado, 31 de octubre de 2020

 


El horror comenzó en la avenida principal. La niña, de aspecto harapiento, caminaba erguida y segura de sí misma, y sin embargo sumida en un lago de oscuridad.

La primera mujer que se le acercó brindándole su ayuda comenzó al poco tiempo a temblar, sus ojos palidecieron y cayó muerta al instante sobre la acera. Un muchacho de aspecto desenfadado, seguido por la mirada estupefacta de los viandantes, trató de socorrerla. Cuando estuvo a la distancia suficiente de la niña sus rodillas se doblaron, su corazón se detuvo y se desplomó junto al cadáver de la mujer.

La niña, impasible, continuaba su andadura. Sus pies descalzos esta vez se arrastraban por el asfalto. Un viento frío de mediados de otoño meció su cabello rubio y enmarañado. Un coche frenó con un chirrido frente a ella, y segundos más tarde se escuchó el sonido prolongado de la bocina, condenado a propagarse durante horas.

martes, 29 de mayo de 2018


EL MALETÍN

No tardaría en salir.
Claudia, apostada tras los setos que circundaban su jardín, podaba los rosales con cierta destreza, un tallo marchito por aquí, un ramo enmarañado por allá.
Corría el mes de marzo, la primavera se aproximaba al comienzo de la pubertad y el sol destellaba agradablemente en un cielo raso y azul. Claudia había optado esa mañana por un sombrero de paja de ala ancha, no solo para protegerse del sol, sino para ocultar su mirada, que estaba más pendiente de la casa de enfrente que de la poda de los rosales.

jueves, 31 de agosto de 2017

Esta noche de insomnio me he propuesto escribir un relato de terror de 1000 palabras aproximadamente, y éste ha sido el resultado. Espero que lo disfrutes.

LA DECISIÓN

   Cuando abrió los ojos se sintió desconcertado, como si un bate de beisbol hubiese golpeado con fuerza su nuca. Se hallaba tumbado sobre un suelo de piedras desportilladas que se le clavaban en la carne. Se incorporó con pesadez y, desorientado, paseó la mirada por las cuatro paredes de bloques de cemento que lo confinaban. Su corazón comenzó a latir con afán y el terror cobró vida en su estómago como si se hubiese tragado un nido de arañas.
  Aquella pequeña habitación no era muy amplia, y cuando golpeó con puño tembloroso sus muros pudo corroborar su extraordinaria solidez. No había ningún foco de luz, y sin embargo, el habitáculo permanecía iluminado por una tenue luz rojiza proveniente de ningún lugar, análogo a un cuarto de revelado de fotos.